

por gracia del señor tengo que ir a vacunarme todos los meses, aun odiando las jeringuillas, la enfermera era antipatica, el que estaba al lado mio solo hacia chistes malos y el tiempo no pasaba. una vez superada esta crisis vacunal mami me llevo a la cafeteria y me compro un bollito y un cafe, para que no me doliera nada :)
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